domingo, 7 de agosto de 2011

De como nos convertimos en familia.



Bueno ya se que este blog esta dedicado a mis historias familiares, pero las experiencias vividas en estos últimos días, me han planteado hacer un alto en el camino, es decir una excepción y publicar en este blog una de las experiencias mas reconfortantes y maravillosas que me han pasado hasta ahora.

Para cualquier arqueologo el poder ir a visitar Pompeya es una ilusión, pero si a esto le sumas el poder trabajar y convivir con gente maravillosa durante 15 cortisimos días la experiencia se vuelve inolvidable.
Todo empezó una mañana de un domingo de junio, cuya fecha no recuerdo exactamente, había estado el sábado de juerga con los amigos y al levantarme medio resacoso, por no decir que resacoso entero, encendí mi ordenador para leer los mails, y woala.... en el apareció un correo del colegio oficial de licenciados para apuntarme a una expedición que iba a trabajar a Pompeya. Yo siempre había dicho que ir a ver ese yacimiento era la ilusión de mi vida pero ahora ante mi se presentaba la oportunidad no ya de solo visitarlo si no de formar parte de su historia. Así que de ese modo sin preguntar a nadie y sin saber ni como ni cuando ni porque me apunté esa misma tarde.
Tal vez esto constituyera una locura, ya que no conocía a nadie de los asistentes, no sabía a ciencia cierta en que consistía el proyecto, lo único que sabía es que el 20 de Julio tenía que plantarme en la sede del colegio con una maleta llena de ilusiones y mis ganas de trabajar.
Así lo hice y aunque la cosa podría haber salido mal la verdad que esta vez el arriesgarse valió mucho mas que la pena.
En este post no voy a relatar un diario hora por hora día por día de lo que paso durante estos 15 días ya que me sería imposible, si no como viene siendo habitual en este blog, mi relato se centrará mas en las experiencias los sentimientos y los recuerdos que me traigo en la maleta   de una gente maravillosa a la que nos une la pasión por la historia.
La verdad es que me resulta difícil empezar a relatar todo lo que siento y guardo de aquellos días sin que se me amontonen las palabras o se me haga un nudo en la garganta, los que me conocéis sabéis que soy un llorón nato, pero voy a intentar ser lo mas claro posible.
La verdad es que la primera sensación que descubrí al llegar esa tarde de julio al colegio fue algo extraña, había cogido el tren en Xativa un poco apretado de hora y entre eso y el calor de justicia que caía no facilitaron las cosas. Al llegar al colegio había varias personas esperando en la puerta pero como si una nube de vergüenza inundara el ambiente pocos eran los que se dirigían la palabra, en ese momento pensé que tal vez  había equivocado y que tal vez la cosa no funcionara del todo bien, pero una vez mas como tantas otras veces en la vida me equivoque, y vaya si me equivoque, porque creo que quitado este primer momento de tensión, tal vez justificable, la cosa ha marchado sobre ruedas.
En este proyecto he encontrado personas con cualidades profesionales y sobre todo humanas inmejorables, evidentemente todos tenemos los nuestro y tampoco se trata de idealizar o santificar a nadie, aunque alguien lo intentara conmigo una noche de juerga proclamándome patrón de los "alcohologos", pero la verdad es que sin conocerse la gente antes, la química que surgió entre nosotros en pocas horas fue total. Todavía recuerdo aquella noche en el Grillo Verde de risas hasta la extenuación, creo que no me había reído tanto en la vida, a alguien casi lo matamos de la risa, lo malo era que si hubiera ocurrido, la cosa hubiera parado allí ya que era el director.
 Esa cena era practicamente la primera que pasábamos juntos todos los del proyecto y fue a mi entender la que dio el pistoletazo de salida a la gran amistad que hoy creo que nos une, fue allí cuando salieron los primeros apodos a los integrantes de la excavación como fue Xexi Potter, Xaxi piruli, Labordeta...también hubo un conato de santificación a mi persona que no llego a cuajar y es que como sabreis yo soy un poco hereje. A partir de allí se dio el pistoletazo de salida a nuestra amistad, y la cosa salió rodada.
Poco a poco el grupo iba aumentando con mas integrantes que se unieron e incluso engrandecieron la complicidad existentes entre todos. Nadie sobraba ni molestaba en el grupo podías sentarte al lado de quien quisieras sin que nadie te mirara mal, los grupos cerrados de personas no existían, y aunque cabe decir que aunque muchas veces nos juntábamos según procedencias o afinidades, si una persona quería formar parte de un grupo o una conversación era bienvenido. El convivir 24 horas seguidas con la gente hizo que en 15 días nos conocieramos como si nos tratáramos de toda la vida, las largas conversaciones por la noche con nuestra botella de grappa o limonchelo donde nos contábamos la vida las penas y alegrias, enseñabamos las fotos de nuestros familiares etc.. no faltaron nunca, y gracias a ellas nos llevábamos unos gratos recuerdos y unas horas de sueño perdidas que aún estoy recuperando, y es que la media de dormir en estos 15 días creo que esta en 4 horas y que no sean menos.
Y es que todo en estos días tenia su ritual desde que te levantabas hasta que te acostabas, pero el que mas recuerdo era el de llegar a la casa después de trabajar, inmediatamente se formaba una cola para la ducha que íbamos regando con cantidades a veces industriales de cerveza marca Peroni que anteriormente se habían comprado en una tiendecilla del barrio donde se nos tenía en gran estima. Pues bien durante esa cola pre-ducha y sentados en el banco corrido del patio era cuando iniciábamos nuestras conversaciones mientras la gente entraba y salia de las dos únicas duchas existentes, comentabamos que tal había ido la jornada, ( cosa curiosa ya que lo sabíamos perfectamente ya que habíamos estado con el compañero todo el día), nos contábamos nuestras cosas, intercambiábamos palabras en los diferentes "dialectos" del valenciano e incluso se lo enseñábamos a la gente que no lo hablaba, tal vez esa era la parte mas divertida. Después de la ducha tocaba la cena y de este modo unos se encargaban de sacar las mesas a la terraza otros de organizar la comida y si tocaba barbacoa de encenderla, cosa de la que se encargaba con mayor o menor acierto Leo i Luiggi. Y es que sin haberlo planeado y hablado a la hora de hacer las cosas de la casa todos parecíamos que estuviéramos predestinados a repetir un patrón como si de forma instantánea supiéramos cual era nuestra función, como la de hacer el all i oli, (que no alioli), de Xexi que lo suyo le costó al pobre hacerlo sin mortero adecuado.
La convivencia de 24 horas que compartimos durante estos 15 días nos sumió en una burbuja, en un micro mundo aislado que nos hizo, por lo menos a mi, mas felices durante nuestra estancia en Pompei. Sin televisión ni adsl ni prensa escrita nos abducimos del mundo actual y nos dedicamos a hablar, a escuchar a los demas hacerlos participes de nuestras anécdotas de nuestra vida en definitiva nos convertimos en mas humanos y dejamos de lado todos los problemas de la sociedad actual que nos impide relacionarnos con los demás.Nos convertimos por así decirlo y salvando las distancias en una especie de tribu que no conocía nada mas que nuestro mundo, supimos disfrutar juntos de los grandes momentos que vivimos y sobre todo y quizá lo mas importante para mi de las pequeñas cosas que nos hacen mas grandes. Disfrutamos como niños de nuestro trabajo, de las comidas, de nuestras cervecitas, de los maravillosos cafés, y de nuestros viajes en el viejo y cochambroso tren de Circunvesubiana, ( que no cincunvalacione que decía alguien ). Nos miramos a los ojos, a la cara olvidamos quienes eramos por un momento y nos convertimos en un solo ser, ha sido simplemente la experiencia humana mas confortante  que he vivido. Y solo me queda suscribir las palabras que una noche nos dijo nuestro director napolitano Luiggi. "Cuando alguien va al sur llora dos veces una cuando llega y la otra cuando se va.." AMEN.
Simplemente decir que hecho de menos Napoles Pompeya y sobre todo a la gente y las experiencias que me dejo allí. Eso si esto no es una despedida es un hasta luego.

Con Cariño a todos mis compañeros

Corredor.